Para ir de mi casa a la universidad y viceversa, la ruta que hice durante el 90% de mi vida universitaria fue la del Tamarindo, que sale desde la puerta Este de la UASD y llega al popular barrio de Santo Domingo Este. Durante el ir y venir – tortuoso, debo agregar – vi situaciones como las que presentó ayer El Nacional, aunque sin el resultado que detalla el día de hoy.
He perdido la cuenta de las parejas que vi besarse a lo largo de la avenida Máximo Gómez, a plena luz del día y en presencia de policías. Más de una vez en los alrededores de la Embajada Norteamericana.
Pero, la Máximo Gómez es sólo una de las avenidas en la cual he visto la escena. El Conde Peatonal y sus proximidades están plagados de visitantes que se besan a diario a toda hora, delante de todo el mundo, y a las autoridades parece no importarle.
CLARO, sí les importa el Parque Duarte – no el Parque a Colón – ya que en el primero sí se hace cumplir la ley de la Moral y las Buenas costumbres.
En esto influye mucho la orientación o nacionalidad de cada quien. Por ejemplo: si eres gay y te sorprenden besando a alguien de tu mismo genero, existe una amplia posibilidad de que seas detenido. Si eres heterosexual y te sorprenden besando a alguien del sexo opuesto, existe una amplísima posibilidad de que seas detenido si los policías necesitan dinero, fuera de eso, te puedes llevar una reprimenda… un simple “aquí no se puede hacer eso”.
Desde luego, también les importa a las autoridades si eres extranjero. Los extranjeros no están exentos a las reglas de los países que visitan. Sin embargo, aquí hay un enorme “pero”. Me pregunto qué habría pasado si quienes aparecieron en la foto de El Nacional besándose, hubieran sido dos ciudadanos españoles, frente a la Catedral Primada de América. ¿Los habrían buscado, perseguido y se hablaría de deportarlos? Pero para desgracia del detenido y la perseguida, fueron dos ciudadanos haitianos que se ganan la vida vendiendo tarjetas.
Aquí se pasa un domingo cualquiera, por televisión nacional a las tres de la tarde, un grupo de mujeres semi desnudas dando golpes de cintura, anunciando la candidatura de Fulano De Tal, y no pasa nada. Eso no ofende la moral de nadie, aparentemente. Pero un beso en la vía pública es penado y sus ejecutantes condenados y perseguidos.
¿Hasta cuando con la doble moral? ¿Hasta cuando?
Pd: Creo que nuestros moralistas se habrían muerto con esto, de haber ocurrido aquí.