Novio (El tonto de turno)
– Pero no puede ser fingido. La forma en que me besas y me acaricias… no puedes fingir esas cosas.
Respiré profundamente y cerré los ojos antes de decirle:
– Sí, si se puede. Son cosas que se pueden fingir… como se finge llorar cuando terminas con tu novio.
El Lover no tiene la culpa. Soy yo el del problema. Estoy en un punto de mi vida donde tener o no pareja es el último pensamiento en mi cabeza. Tengo mil cien cosas en que pensar y en ninguna brecha de mi cerebro se aloja el interés en los besos, en el cuerpo, en las palabras de alguien fijo. No, tampoco quiero burdos placeres pasajeros. No quiero ni un tonto de turno ni un tonto efímero. Primero quiero limar mis neurosis, sacarle brillo a mis demencias, a mis patologías. Sentir esa calma que hace mucho no siento. Necesito sentirme vivo por dentro. Necesito esa alegría y ánimo que han abandonado mi cuerpo. La pasión, el deseo, la necesidad de que un cuerpo caliente mi piel. No, no quiero un tonto de turno. No quiero nada. No es el momento.
Moving on?
¿De cuantos pasos se compone una vida?
Los he visto: uno tras otro han ido avanzando por caminos distintos, dejándome atrás. Son vidas diferentes. Ninguna se parece a la mía. Amigos, familiares, conocidos o enemigos; todos siguen adelante. Pero yo me he movido tan poco que parece que mis pies han echado raíces en el mismo lugar. Por alguna razón no puedo avanzar.Recuerdo que Joel me dijo una vez que el ser gay es sinónimo de ser un adolescente eternamente. Las responsabilidades son menores: casi nunca hay hijos que mantener o una esposa a quien ayudar con los quehaceres. Cuando dibujo el pentagrama de mi vida para los próximos 10 años, el esquema es siempre igual: Estoy solo. Aparezco sentado en una mesa enorme en Navidad, rodeado de mis hermanos y mis padres. Ellos hablan y se ríen. Mis padres les preguntan a mis hermanos por los hijos y a mí por el trabajo o por los hijos de mis amigos.
En diez años viviré en un mundo donde habré perdido algo que tal vez nunca habrá de llegar.Antes, no pensaba en ello. Pero ahora, cuando miro a mí alrededor, veo que todos tienen una vida que sigue un camino de crecimiento, mientras que yo siento que estoy exactamente en el mismo sitio y que no he dado tan siquiera un paso. Pienso que la vida me dejará atrás.
Heteroflexible.
Siempre me ha llamado la forma en que muchas veces los heterosexuales se comportan entre ellos. Entre hombres es tan cómico ver como se hablan… como se tocan. Se nalguean, se abrazan, hablan entre ellos imitándonos a los maricas, orinan juntos. Las mujeres se besan, se agarran los atributos, van al baño juntas, viven abrazadas, duermen juntas, en fin… todo un show. Pero, inmediatamente se toca la tecla de ser gay o lesbiana, la piña se pone agria… O se ponía.Mis amigos no son la excepción. He visto cosas entre mis ellos que me han dejado con la boca abierta. Es como si cada día se esforzaran por hacer algo un poco más escandaloso que lo anterior. Cabe resaltar que todos ellos son heterosexuales. Nunca he hablado con ellos sobre el tema de ser o no gay. Hace tiempo que dejó de preocuparme si tienen o no una idea negativa sobre el asunto. Me agrada el hecho de que ellos hagan esas cosas. Es tal vez una indicación de que los tabúes se están rompiendo y que la sociedad homofóbica en la que hemos estado viviendo por los últimos… Bueno, DESDE SIEMPRE, está perdiendo fuerzas. De todos ellos, sólo dos saben que soy gay, pero casi nunca hablamos del tema, pero para ellos sigo siendo yo. No me ven como una mutación, como un sucio pecador, como un sodomita descarado. No, yo sólo soy su amigo. Una persona normal, común y corriente. Los gays estamos dejando de ser los farias, la chusma, la representación de lo peor en el mundo… los chivos expiatorios y poco a poco estamos siendo aceptados.Gracias a todos aquellos que, aunque sea de manera inconciente, están ayudándonos a vivir en una sociedad más justa PARA TODOS.
Mil besos, mis niñ@s.
Feliz Navidad y feliz Año Nuevo.
Read Full Post »